martes, 18 de junio de 2013

Los límites: ¿Se ponen o se construyen?


La formación del psiquismo de un niño se construye  en el vínculo con sus padres. En un espacio “entre” el niño y sus padres. Los límites son una parte importante en la constitución subjetiva del niño y del adolescente.

Los límites dan seguridad y contención, Al construir  un límite enseñamos a los chicos a controlar sus impulsos y a conocer sus propias limitaciones. Les enseñamos qué está bien y qué está mal, qué es peligroso y que no, qué está permitido y qué prohibido. Y también los ayudamos a pensar y a buscar opciones alternativas para enfrentarse a la vida.

Es importante establecer diálogos con los chicos, poder pensar juntos, construir los límites en forma conjunta estableciendo acuerdos.

Acuerdo con  Ricardo Rodulfo cuando  en su libro Padres e Hijos  plantea que es necesario mantener un espíritu de negociación permanente entre padres e hijos y que el tema de los límites no  se soluciona  con la idea de “poner” límites;  y que no sirve un límite que uno le pone al otro. En cambio lo que si sirve y funciona es un límite consensuado entre todos, construido incluyendo activamente a los hijos.  

Los chicos tienen que saber qué cosas pueden hacer, qué cosas no y por qué. Permitirles a los chicos que experimenten los efectos de su comportamiento y que internalicen las normas. Enseñarles a reparar el daño que hicieron, a hacerse responsables de sus actos y reconocer que sus acciones afectan a los otros.
 
 
 
 
 

De lo que se trata es de transmitir a los niños el respeto por el otro, ayudándolos a tolerar la frustración cuando no pueden satisfacer todos sus deseos.

La idea no es ser rígido. "Sí o sí terminás los deberes hoy" y el nene se está cayendo de sueño. Hay que ser firme pero flexible, tomando en cuenta las necesidades del nene, la edad y la situación concreta de la que se trate.

A veces es necesario parar un poco y ver qué cosas podemos negociar. Pero ojo, podemos negociar la forma en que se llevará a cabo, pero no la norma en si misma.

Es importante limitar la acción sin bloquear la emoción y buscar una forma alternativa y aceptable para que exprese lo que siente. Es importante que exista un previo acuerdo entre ambos padres sobre cómo manejarse en cada situación; mantener una postura coherente.
Hay distintas formas de limitar y distintas situaciones que requieren límites pero lo más importante es que el límite esté presente.

Sin límites los chicos se desorganizan, su mundo pierde los bordes que le dan marco, se siente desprotegido y hasta no querido ya que cree que a nadie le importa lo que le pase.

Frente a la demanda constante del niño es importante preguntarnos qué es lo que está demandando, muchas veces la demanda es en el fondo demanda de afecto y atención del adulto.
 
 
Conclusión
 

Hay que acompañar y sostener los parámetros de conducta que queremos para nuestros hijos por medio del ejemplo. Es importante  construir junto a nuestros hijos  límites claros, firmes y sostenidos en el tiempo. De esta forma los chicos se van a sentir queridos,  cuidados y guiados en su crecimiento.


Notas Relacionadas

Los límites parte I: Los berrinches
Los límites parte II: Penitencias, rincón, palizas, premios y castigos
Chicos hiperactivos, impulsivos, ¿ADD-ADHD?
Problemas de conducta

 

2 comentarios:

Unknown dijo...

Brillante, coincido 100%. Que placer leerte Te lo digo siempre

Unknown dijo...

Nuevo mail donde recibo sus consultas consultas@mariapaulagerardi.com.ar Lic. Paula Gerardi